04 mayo 2015

Exposición fotográfica: North West




El socio de AFSA, Oscar Garrido presenta esta semana una nueva exposición fotográfica que se podrá visitar desde el próximo 8 de mayo hasta el 26 del mismo mes, y se compone de 22 fotografías en color, 12 en blanco y negro, algunos contactos de las fotografías de blanco y negro, también se expone material adquirido en el viaje, como diapositivas de segunda mano, postales o discos
En el verano de 2014, Alma y yo hicimos un breve viaje al sur de Canadá y el noroeste de los Estados Unidos. Fueron quince días que nos llevaron por las carreteras  de pueblos y ciudades como Vancouver, Seattle, Tacoma, Auburn, North Bend o Snoqualmie. Un paisaje ajeno, otro país, otras costumbres y gentes distintos de los míos que, sin embargo, me resultaban conocidos, casi familiares.
Aquel era el paisaje y el país que habían fotografiado Robert Frank, William Eggleston, o Stephen Shore, fotógrafos a los que admiro. Es el país de las viejas gasolineras, de los dinners, de los moteles, las tiendas de discos, el país de Elvis, de Little Richard, de los Sonics y tantos y tantos referentes de una cultura que siento también como propia y que es casi universal. De este viaje guardo una sensación que creo que lo resume todo: la de sentirme partícipe de una aventura que otros habían emprendido antes que yo y añadir mi propio punto de vista


A diferencia de otros trabajos míos, en esta serie muestro menos figuras humanas. La causa de esta omisión intencionada se encuentra no sólo en las condiciones del viaje, sino en la impresión que me causó esta región. Las distancias y los espacios son extraordinariamente abiertos, enormes. Es, precisamente, esa amplitud, lo que hizo que mi relación con las personas fuera diferente en este viaje. En contraste con otras ciudades, en esta zona del continente americano el entorno condiciona la presencia humana con una fuerza extraordinaria. Las líneas verticales, la aglomeración que caracteriza a los grandes centros demográficos del mundo da paso aquí a una horizontalidad que no parece tener límites y donde uno encuentra muy difícil distinguir cuándo empieza o termina una ciudad. Es esta particularidad del terreno, de su urbanismo y su arquitectura lo que hace de esa presencia humana un acontecimiento único hasta el punto de que abordarla fuera, para mi, como si asaltara su intimidad violentamente. Y esa intimidad, quise respetarla.


Espacios, líneas, arquitectura, sensaciones, recuerdos y referencias culturales se mezclan en esta selección de imágenes, apuntes en un mapa de carreteras, entradas en un bloc de notas, bocetos, si se prefiere. En definitiva, las huellas de nuestros pasos en un viaje fascinante por un territorio que nos cautivó.

Para mi, entrar en una exposición es como hacerlo en la casa de alguien, un lugar donde cada objeto forma parte del carácter y la especial mirada del anfitrión que nos acoge en cada momento. Ahora que soy yo el que expone y se exhibe, siento que estas fotografías son, también, como los muebles que decoran cada habitación de mi propia casa.

Estáis invitados.

Oscar Garrido Serra.

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